No existe una definición de recuperación temprana, pero la mayoría de los expertos también consideran lo que le pasa a alguien que deja de consumir durante el primer año. Eso es sorprendente para muchas personas ¿un año completo y todavía está en recuperación “temprana”? Sí. Las adicciones no se desarrollan en un día y la recuperación tampoco es rápida. Se tarda mucho tiempo. El mayor error que cometen las personas con una recuperación temprana, tanto las personas con adicciones como sus familias, es esperar demasiado demasiado pronto.

Los adictos a veces sienten una oleada temporal de alivio una vez que el consumo excesivo de alcohol o drogas comienza a desaparecer. A veces, el proceso de recuperación inicialmente no parece tan malo como temían. Desarrollan un exceso de confianza peligroso, una sensación de «ya está» (en los grupos a esto a menudo se conoce como “la nube rosa”). Este exceso de confianza puede hacer que empiecen a faltar a los grupos y sesiones del tratamiento y se expongan a situaciones llenas de tentaciones. El resultado suele ser una recaída.

Los miembros de la familia a veces asumen que una vez que su ser querido con una adicción regrese de la desintoxicación o la rehabilitación estarán “bien” y todo volverá́ a la normalidad. Creen que ya pueden manejar todas sus responsabilidades y que están emocionalmente presentes para los demás como si nada hubiera pasado. Estas expectativas pueden poner mucho estrés en los adictos y socavar su recuperación.

Para tener una mejor idea de la recuperación temprana, es útil comprender lo que sucede en el cerebro.

ESTE ES TU CEREBRO SIN DROGAS.

La adicción provoca cambios estructurales en el cerebro, tanto en los centros de placer como en la corteza prefrontal. Cuando una persona pasa por la desintoxicación y supera los síntomas inmediatos de abstinencia, esos cambios aún están presentes. No desaparecen. El cerebro tiene una capacidad maravillosa para recuperarse a sí mismo, pero sucede gradualmente. Por lo general, toma alrededor de tres meses para que la corteza prefrontal comience a volver a su estado normal. Hasta entonces, la toma de decisiones todavía se inclina en gran medida y de manera poco natural hacia el uso de sustancias.

Los primeros tres meses de sobriedad suelen ser el período más difícil y el momento en que el riesgo de recaída es mayor. Los adictos siguen siendo extremadamente frágiles. Aunque es posible que no estén consumiendo activamente, su cerebro todavía les dice que deberían hacerlo, y se necesita todo su esfuerzo para resistir los impulsos.

(Aunque a menudo es económicamente imposible, es por eso que muchos expertos dicen que una estadía mínima de 90 días en un programa de tratamiento residencial es ideal).

La recuperación de la parte del cerebro donde está el centro del placer lleva aún más tiempo.

Mientras que las personas con adicciones recuperan gradualmente gran parte de sus facultades para tomar decisiones después de tres meses, los impulsos emocionales para consumir siguen siendo fuertes. Debido a que la dopamina todavía no se regula adecuadamente, la persona afectada que no recibe dosis de dopamina relacionada con las drogas a menudo continúa experimentando un déficit significativo de felicidad.

El nombre científico de esto es síndrome de abstinencia post-aguda. Los síntomas típicos incluyen ansiedad, irritabilidad, cambios de humor, cansancio, depresión, incapacidad para concentrarse y problemas para dormir. Puede durar un año o más, y el deseo de escapar de los síntomas del síndrome de abstinencia post-aguda es una de las principales causas de recaída.

REAPRENDIENDO TODO.

La adicción es un proceso por el cual las personas se vuelven completamente dependientes de una sustancia. Cualquiera sean los problemas que puedan experimentar en la vida, la sustancia es la respuesta. Es como una automedicación, que les hace sentir que pueden enfrentar todo y seguir adelante. Como resultado, cuando una persona con adicciones empieza un tratamiento y deja de consumir, no es como una persona sana que deja de comer postres. Tiene que aprender de nuevo cómo manejar cada aspecto de la vida de una manera diferente. Algunas personas lo han comparado con una persona diestra que tiene que aprender a hacer todo con la mano izquierda. Es posible, pero se necesita una gran cantidad de tiempo para acostumbrarse.

 

Si una persona con una adicción quiere tener éxito, entonces todo el enfoque de la vida en la recuperación temprana tiene que estar en mantenerse limpio y sobrio. No es solo la máxima prioridad; es la única prioridad. Quitar la vista de la pelota no es una opción.

Por esta razón, la mayoría de los profesionales recomiendan que las personas en recuperación temprana no asuman responsabilidades laborales pesadas o se involucren en nuevas actividades que demanden mucha atención. Por ejemplo, un estudio mostró que las mujeres solteras que se involucran románticamente con alguien en los primeros tres meses de recuperación tienen cinco veces más probabilidades de recaer que las mujeres solteras que no lo hacen.

¿CÓMO ES PARA LAS FAMILIAS?

La realidad de la recuperación temprana puede ser extremadamente difícil para los miembros de la familia. Después de todo, cuando los seres queridos con una adicción consumen, los miembros de la familia generalmente sienten que ellos están actuando de manera egoísta, poniendo sus propias necesidades por encima de las de los demás y centrando toda su atención en el consumo de sustancias. En efecto, durante la recuperación temprana, todo eso sigue siendo cierto: las personas con adicciones tienen que concentrarse exclusivamente en sí mismos y en sus propias necesidades para mantenerse alejados de las drogas.

Los miembros de la familia con frecuencia sienten una tremenda decepción. Querían recuperar a la persona que solían conocer, pero aún no lo han logrado. En cambio, pueden estar viviendo con alguien malhumorado, irritable, deprimido y egocéntrico y probablemente incapaz de asumir todas las responsabilidades de su vida.

A menudo se necesitan unos seis meses de recuperación antes de que una persona comience a expresar espontáneamente interés y preocupación por el bienestar de otros miembros de la familia. Al principio esto sucede esporádicamente. Puede pasar un año completo antes de que comience a ocurrir de manera estable. Lo que pasa es que la persona con una adicción va aprendiendo poco a poco el proceso de vivir sin sustancias adictivas. Al principio, esto requiere el 100 por ciento de su atención.

A medida que la persona con una adicción se acostumbra gradualmente a una nueva forma de vida e incorpora las habilidades para estar limpio y sobrio, él o ella tiene más atención mental disponible para responder a las necesidades de otras personas.

El problema para los miembros de la familia durante la recuperación temprana es que todas las emociones que probablemente sintieron durante la adicción activa de la persona (enojo, dolor, obsesión, etc.) todavía están presentes. No desaparecen simplemente una vez que la persona con una adicción inicia un tratamiento o sale de alta de una internación. Por ejemplo, las familias con frecuencia quieren desesperadamente que las personas con adicciones se disculpen por su comportamiento y reconozcan el dolor de la familia y todo lo que tuvieron que pasar. Por fin, piensan, la persona con una adicción por fin prestará atención y se dará cuenta de todo lo que la familia tuvo que soportar. Pero desafortunadamente, prestar atención a las necesidades emocionales de los demás es una habilidad que la mayoría de las personas con una adicción recuperarán lentamente con el tiempo.

La obsesión continua con la persona con una adicción puede manifestarse de varias maneras, como un miedo extremo a la recaída. Se sabe que algunas familias entran en pánico cada vez que las personas en recuperación temprana salen de compras o pasan un tiempo inusualmente largo en el baño.

Puede ser muy útil para las familias estar en algún tipo de asesoramiento familiar o grupo de apoyo durante este período, para expresar sus sentimientos y frustraciones y compartir con otras personas que están pasando por cosas similares.

Es importante entender que los sentimientos que la mayoría de los miembros de la familia tienen durante este tiempo son una reacción normal al estrés extremo causado por vivir con una persona afectada por una adicción activa. Muchas familias describen lo que están pasando como una especie de trastorno de estrés postraumático. Pensar en el problema de esa manera a veces puede ayudar a las familias a lidiar mejor con sus propias emociones y ejercer menos presión sobre la persona con una adicción en recuperación en un momento en que es poco probable que él o ella pueda manejarlo.

Técnicamente, el término trastorno por estrés postraumático describe la reacción de alguien a un evento repentino que involucra daños corporales graves, no a las consecuencias de una situación de vida altamente estresante. Sin embargo, los síntomas pueden ser notablemente similares. Un miembro de la familia de una persona con una adicción le cambió el nombre y dijo que sufría “trastorno de estrés traumático continuo”.

PLANIFICACIÓN DEL MANTENIMIENTO.

Debido a que las personas en recuperación de adicciones necesitan apoyo permanente, la mayoría de las clínicas de desintoxicación ayudarán a la persona con adicciones con algún tipo de planificación posterior, que puede incluir un programa de tratamiento especializado en adicciones y asistencia a grupos de apoyo.

El plan puede incluir un tiempo de internación en rehabilitación. Si es así́, el centro de rehabilitación generalmente ayuda a la persona con adicciones con un plan de tratamiento de mantenimiento para cuando la persona en recuperación sea dada de alta de ese centro.

Seguir el plan de mantenimiento puede ser crucial durante este período, dado que el cerebro de la persona con una adicción aún se está recuperando y es probable que se encuentre en un estado frágil.

Además de los grupos y la terapia, algunos planes de mantenimiento incluyen un operador terapéutico o consejero, alguien que no es un terapeuta pero que está capacitado y disponible según sea necesario para ayudar a la persona en la recuperación temprana. Los operadores pueden ayudar a las personas en recuperación a encontrar grupos de ayuda mutua que les gusten, facilitarles a otros tipos de recursos, como transporte, analicen con ellos los problemas de su vida, conseguir un compañero sobrio para los periodos difíciles en los que la persona con una adicción estará solo y que ofrezca su apoyo.

Los operadores también pueden proporcionar «chequeos» periódicos para las personas en recuperación a largo plazo para abordar cualquier problema que puedan tener.

Recientemente ha habido un movimiento para certificar a los operadores de recuperación como parte de un nuevo campo casi profesional.

A veces, un plan de mantenimiento incluirá dosajes de drogas o alcohol, para asegurarse de que la persona con una adicción se mantenga limpio y sobrio y para detectar cualquier recaída antes de que se salga de control. Las pruebas periódicas o aleatorias pueden brindar responsabilidad a la persona en recuperación y pueden ayudar a prevenir una recaída.

Los miembros de la familia pueden realizar estas pruebas ellos mismos utilizando tests provistos por el centro de tratamiento.

CASA DE MEDIO CAMINO.

Una pregunta importante para las personas con adicciones en recuperación, especialmente los adultos jóvenes, es dónde vivirán después de la desintoxicación o la rehabilitación. Si anteriormente vivía solo, puede volver a su antiguo hogar, pero esto no siempre es recomendable. Regresar a casa significa estar expuesto nuevamente a las mismas condiciones, entornos y amigos a los que la persona con una adicción estaba acostumbrada cuando estaba consumiendo. Volver al mismo entorno a menudo puede debilitar la decisión de la persona con adicciones y desencadenar una recaída. Las personas con adicciones que vivían con sus padres pueden volver a la casa de sus padres, pero esto puede causar los mismos problemas. Y algunos padres no quieren que la persona con una adicción vuelva a la casa, por las razones que se dan aquí o porque sienten que no pueden brindar todo el apoyo que la persona con una adicción necesita. En tales casos, una casa de medio camino para personas con adicciones puede ser una buena idea.

Las casas de medio camino son hogares grupales solo para personas en recuperación. Se diferencian de los centros de rehabilitación en que no ofrecen tratamiento (algunas personas se refieren a las casas de medio camino pero esto puede ser confuso porque el término se usa más comúnmente para residencias para personas con diferentes problemas psiquiátricos).

Los residentes que viven sobrios pueden entrar y salir cuando lo deseen, pero generalmente deben seguir una serie de reglas. Generalmente, deben pagar un alquiler y ayudar con las tareas de la casa. Deben estar trabajando, buscando trabajo, o en la escuela. Es posible que tengan que asistir a las reuniones periódicas de los miembros de la casa. La regla más importante es que deben mantenerse limpios y sobrios y no traer drogas o alcohol a la casa. La casa generalmente tiene una persona a cargo que vigila a los residentes y hace cumplir las reglas.

Los residentes a menudo están sujetos a pruebas de drogas aleatorias y horarios límites de llegada nocturna. También se les puede solicitar que asistan a grupos. El no cumplimiento de las reglas puede conducir a la expulsión. Los residentes también pueden ser expulsados ante violencia física o cuando no logran llevarse bien con otros residentes.

 

Algunas casas de medio camino requieren que los nuevos residentes hayan completado un programa de rehabilitación, pero no todos lo hacen.

La mayoría requerirá al menos que un residente haya pasado por una desintoxicación en internación, aunque algunos aceptarán a cualquiera que esté actualmente limpio y sobrio.

Algunos hogares de vida sobria son de un solo sexo y otros son mixtos. Los dispositivos mixtos a menudo prohíben a los residentes tener relaciones románticas con otros residentes.

No todos los residentes son adultos jóvenes. Las personas mayores pueden elegir una casa de medio camino porque sienten que necesitan un entorno más estructurado, porque perdieron su hogar anterior durante la adicción activa o porque su cónyuge quiere pasar tiempo separados de ellos.

Algunas casas de medio camino son muy estrictas; otras son mucho más flexibles.

 

Vale la pena compararlos para ver qué funciona mejor en una circunstancia específica. Para algunas personas en recuperación, un entorno demasiado estricto puede hacer que se sientan ansiosos y estresados y más propensos a querer consumir, mientras que otros tienen más probabilidades de recaer en un entorno menos controlado.

También vale la pena considerar una casa de medio camino que se encuentre en un entorno geográfico diferente. Alejarse por completo del área puede ayudar a una persona con adicciones a evitar entornos asociados con el uso de sustancias y contribuir a la sensación de «comenzar una nueva vida».

 

Referencias:

Thomas F. Harrison, Hilary S. Connery, Md, Phd: The Complete Family Guide To Addiction

Everything You Need To Know Now To Help Your Loved One And Yourself. The Guilford Press. 2019.